Recientemente he hecho una migración a Ubuntu 8.10 de un servidor con máquinas virtualizadas mediante la tecnología Xen, sin saber que esta última versión de ubuntu no dispone de un kernel preparado como contenedor Xen. Por lo visto Ubuntu se ha decantado definitivamente por KVM, con el inconveniente de que para poder utilizar esa tecnología necesitamos disponer de un procesador con extensiones de virtualización (mi equipo no dispone).
Después de realizar la actualización, intenté hacer un downgrade (desactualización) sin éxito y después de bastantes horas acabé reinstalando el sistema. De este incidente saco varias conclusiones:
- No realizar actualizaciones sin antes asegurarte de que no existen incompatibilidades. En mi caso, aunque hice una búsqueda rápida no encontré ninguna referencia donde explicasen claramente que a partir de la 8.10 el soporte Xen había sido discontinuado completamente.
- Disponer de un entorno de pre-producción para probar todo tipo de actualizaciones. Obviamente, en mi caso es irrelevante porque no hay ningún impacto si me quedo sin servidor unos días o semanas. En una organización el impacto podría haber sido desastroso en términos económicos, reputación, etc.
- Las copias de seguridad me han permitido reinstalar el sistema en un tiempo récord. En mi caso ha sido suficiente con guardar todos los directorios con configuraciones, datos dinámicos (BBDD, webs, ficheros de cacti/nagios/etc.) y los paquetes instalados en el sistema (dpkg –get-selections).
- Si bien hay que considerar los posibles problemas de seguridad derivados de la virtualización, las máquinas (que habitualmente estan contenidas en unos pocos ficheros) son extremadamente fáciles de copiar y por tanto, de restaurar intactas.
- Valora los proveedores que ofrece acceso al servidor por KVM (Keyboard Video Mouse), perfecto cuando el sistema no arranca y necesitas acceder a la máquina como si estuvieses delante.