Durante las clases de “Teoría estructura y economía política” observe que, dada mi formación en Ingeniería Informática, necesitaba un apoyo extra para poder entender muchos de los términos utilizados con frecuencia. Esto me llevó a escoger el libro “Principios de Economía” de Francisco Mochón y así poder profundizar en muchos de los detalles tanto de la microeconomía como de la macroeconomía.
Comprender el porque del origen de la economía y como la sociedad necesita producir e intercambiar bienes es fundamental. Las necesidades humanas pueden llegar a ser ilimitadas, sin embargo los recursos a nuestra disposición son limitados.
- ¿Qué producir?
- ¿Cómo producir?
- ¿Para quién producir?
Si bien a simple vista estas preguntas pueden parecernos de respuesta fácil, en las sociedades con economías no tan desarrolladas como la nuestra, la complejidad de la respuesta puede llegar a ser desbordante. La economía trata de dar la respuesta más óptima a estas preguntas, intentando sacar el máximo rendimiento a los factores de producción limitados que poseemos (tierra, trabajo y capital).
A partir de aquí es posible llegar a analizar el comportamiento económico del microentorno o lo que es lo mismo, el comportamiento de mercados específicos. La ley de la oferta y la demanda, la frontera de posibilidades de producción, el coste de oportunidad, los costes de producción, etc… formarán parte de la teoría económica que intenta explicar el comportamiento de dicho mercado.
Si además, tratamos todos esos mercados diferentes de forma conjunta (e.g. en un País) e intentamos analizar su comportamiento estaremos hablando de macroentorno. Los mercados específicos no participan de forma aislada los unos de los otros, sino que se encuentran fuertemente interrelacionados y por tanto, es importante observar su evolución como conjunto. El producto interior bruto, la renta disponible, la demanda/oferta agregada, el dinero, etc… nos van a llevar a estudiar el estado global y a decidir que políticas fiscales o monetarias aplicar con tal de mantener un crecimiento económico estable (dentro de sus fluctuaciones naturales), reducir las tasas de paro y controlar la inflación (perdida de valor del dinero).
Si bien el libro provee de forma detallada de toda la información necesaria para entender la teoría económica, este también puede aportarnos una reflexión de suma importancia y que nos ataña a todos los miembros de la sociedad: somos usuarios de un sistema que desconocemos.
En la mayoría de países desarrollados, desde que nacemos y nos desarrollamos como personas estamos conviviendo en un sistema democrático basado en un capitalismo económico (con las diferentes tonalidades que puede tener cada país). A pesar de poder identificar y diferenciar en rasgos generales nuestro sistema, desconocemos totalmente los puntos fundamentales:
- Los detalles que hacen que el sistema se mantenga en un cierto equilibrio.
- Los problemas que genera el sistema por si solo.
- Los indicadores por los cuales se puede plasmar el estado actual del sistema.
- El efecto que tienen ciertas políticas generales o acciones especificas sobre el estado del sistema.
Si la sociedad se encuentra en un entorno positivo donde el paro es bajo, los sueldos son dignos, el nivel de pobreza es marginal, etc… El desconocimiento del funcionamiento del sistema quizás no tenga un gran impacto social, dado que el ciudadano observa que sus necesidades más básicas ya están cubiertas y se siente seguro. Por tanto, no cuestiona tan duramente las decisiones políticas en el ámbito económico-fiscal.
Sin embargo, si imaginamos una sociedad que se encuentra anclada en un entorno hostil, donde la miseria empieza a llamar a la puerta de los ciudadanos, estos van a mirar con lupa cada movimiento que haga el político o empresario. Su nivel de seguridad es muy bajo y por tanto, la desconfianza toma una posición privilegiada. Justamente en esta situación es donde el desconocimiento del funcionamiento del sistema puede producir mayores estragos.
Los seres humanos tenemos una fuerte tendencia a criticar y dar nuestra opinión sobre una gran cantidad de cuestiones, sin importar los conocimientos reales que poseemos sobre dichas materias. En cuanto más ignorante somos, más probable es que nuestro razonamiento sea incorrecto. Y aquí es donde entra en juego la importancia de conocer el funcionamiento del sistema en el que vivimos.
Dada nuestra naturaleza humana y nuestra interacción continua con nuestro entorno, solemos estar muy dispuestos a criticar la sociedad y el sistema que la sustenta. Por desgracia, muchos de los que hacemos esas criticas no tenemos los conocimientos necesarios para aportar ideas o alternativas razonables. Una sociedad que genera y se apoya en críticas no razonables, creadas a partir del desconocimiento, es una sociedad que puede decidir apoyar acciones negativas para la misma (e.g. un sistema totalitario).
No estoy pidiendo una sociedad que no critique, ni mucho menos. La crítica es fundamental para seguir evolucionando. Pero la crítica debe estar sostenida por unos conocimientos fundamentales y unos criterios rigurosos. La educación es vital dado que:
- Reduciremos las posibilidades de ser engañados fácilmente por políticos, empresarios, críticos o personajes públicos de cualquier índole.
- Realizaremos críticas razonables y bien fundamentadas.
- Seremos capaces de reconocer las críticas razonables y desechar la demagogia que apela a los sentimientos (e.g. la patria, la religión, etc…).
Tener una buena educación no implica realizar los mismos razonamientos, no se trata de buscar el pensamiento único. Cada individuo suele interpretar la información de forma diferente, originando a su vez corrientes ideológicas dispersas. La crítica y el dialogo se sigue manteniendo en una sociedad educada, sin embargo la demagogia y las ideas no fundamentadas pueden ser reducidas a su mínima expresión.
En cualquier caso, el primer paso para el cambio es reconocer que muchos de nosotros desconocemos la complejidad del sistema donde vivimos, desconocemos sus reglas y a pesar de eso, realizamos críticas que en muchas ocasiones están más basadas en los sentimientos que en datos contrastados. Por tanto, como usuarios del sistema que sustenta nuestra sociedad deberíamos sentirnos obligados a entender su funcionamiento teórico y práctico.
Ahhhhh! El Mochón!!!!! XDDDD
No intentes fotocopiarlo, lleva un complicadísimo sistema DRM que hace que todas las fotocopiadoras generen un “error en el punto g”. Lo juro por snoopy, y tengo testigos. Perdimos toda una tarde provando en copisterías de estas de haztelo tú mismo, y en todas el maldito punto g. Que cachondeos nos cascamos con el dichoso error 🙂
Un muy buen libro para novatillos. Tú de sistemas, no? Porque en gestión, en clases de economía, era como la biblia. La macroeconomía, la microeconomía…tanta diversión debería estar prohibida 🙂
Hice informática de gestion, no de sistemas. Tocamos temas de economía pero muy superficialmente, aunque evidentemente muchas cosas me sonaban 😀
Y siendo de gestión no adoras y ofreces sacrificios ante el Mochón???? Infiel!!!!! 😛
Estoy de acuerdo con lo escrito, no tengo mayores conocimientos sobre este tema, pero felicito al que lo escribio, por hacerlo en forma legible para cualquier usuario interesado en el tema.
Me gustaria me enviaran a mi correo temas relacionados.