¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca
(17 de enero del 1600 – 25 de mayo del 1681)
Nuestro cerebro es el encargado de gestionar los impulsos eléctricos que recibe con información sensorial del mundo exterior. Es el responsable de filtrar e integrar/compatibilizar las señales e interpretarlas dando un significado. Todo ese proceso esta determinado por nuestras características como especie, así como nuestra herencia genética y nuestras experiencias pasadas almacenadas en nuestra memoria (la cual también se ve alterada, modificada e re-interpretada con el tiempo).
La información a la que podemos acceder conscientemente se encuentra ya altamente procesada. No sentimos como las células sensibles a la luz de nuestros ojos se activan al recibir un fotón, sino que tenemos acceso a un mundo de luz y colores construido por nosotros mismos, por nuestro cerebro. Vivimos en una especie de ficción (en buena parte, compartida con otros gracias a las características que tenemos en común como humanos) que tendemos a confundir con una supuesta realidad.
Esta ficción ha resultado ser tremendamente práctica a nivel evolutivo. Nos ha permitido una mejor adaptación al medio via la búsqueda de significado. Necesitamos encontrar el significado de lo que observamos, y esta interpretación nos ha salvado la vida en más de una ocasión. Entender que delante nuestro parece haber un animal salvaje hambriento que tiene la intención de atacarnos, es más útil para la supervivencia que percibir los fotones a diferentes longitudes de onda que llegan a nuestro sistema visual.
Sin lugar a dudas, la ficción que percibimos nos ha ayudado a sobrevivir pero también puede volverse contra nosotros. Nuestras experiencias/aprendizajes pueden modificar la ficción que vivimos hasta tal punto de creer que es necesario cometer un suicidio para permitir que el alma suba a una nave espacial que seguirá el cometa Hale-Bopp. Por supuesto, este es un ejemplo extremo y hay creencias que no van a acabar con nuestra vida, aunque si pueden hacernos vivir una vida menos feliz. Por ejemplo la creencia de que es necesario tener un físico con determinadas características o que es necesario poseer ciertos bienes para una vida exitosa. Y por supuesto, incluso estas creencias estan llenas de significados que hemos construido de la nada, como el concepto de propiedad.
En cualquier caso, la historia nos muestra que esta ficción ha sido más beneficiosa que contraproductiva para la especie humana o de lo contrario no habriamos conseguido llegar donde nos encontramos actualmente. No obstante, encuentro especialmente fascinante recordarme frecuentemente que todo aquello que vivo y que tiendo a asociar con una realidad externa e interna no es más que una ficción que he construido en mi mente. La vida que experimentamos a nivel consciente es principalmente una ficción, la vida es sueño.